25/3/09

Cuando Dios se viste de hombre

Hace casi ochenta y nueve años nacía en Barcelona Vicente Ferrer. El tiempo ha pasado sólo en parte por nosotros, como un orballo tenue y fatigado, que nos inunda de vida tan poco a poco que no nos damos cuenta, pero a Vicente Ferrer, cuando la mayoría de nosotros apenas éramos un esbozo del futuro, ya le había inundado.

Cuando tenía dieciséis años fue llamado a filas por el bando republicano, para participar en la matanza entre primos, entre amigos, entre hermanos. Participó en la Batalla del Ebro, el peor delirio belicoso de una España podrida y abandonada. Fue capturado y con el tiempo liberado, estudió derecho y se hizo jesuita. Corría el año 1944 y el mito estaba a punto de nacer.

En 1952 viaja a la India y comienza a ejercer de misionero jesuita cerca de Bombay hasta 1969, cuando la Compañía le ordena la vuelta a España, a lo que se niega, siendo expulsado de los Jesuitas. No obstante, el gobierno indio, también preocupado por sus labores solidarias pretende expulsarlo del país, lo que genera masivas manifestaciones de parias (los 'intocables' en India). Finalmente es enviado al estado de Andra Pradesh, en concreto a la región de Anantapur. En 1970 se casa y continúa su labor altruista ayudando a miles de personas (en una región con una población de casi tres millones). Hoy en día organiza toda su actividad a través de la Fundación Vicente Ferrer.
No sé si conocías a Vicente Ferrer, no sé si te interesa, no sé si lo admiras o te importa, sólo sé que el bien y el mal se distinguen en el sufrimiento de la gente y Vicente Ferrer representa al bien absoluto, altruista, sin banderas políticas o religiosas. La mirada profundísima pero viva de este viejo misionero te hace sentir transparente, ambiguo, ínfimo y fútil. Vicente Ferrer posiblemente sea una de las personas que me causan mayor admiración y respeto, pero a la vez irradia tanta vida que sientes envidia de no poder cambiarte por él.

Si todos fuésemos un poco como Vicente Ferrer yo no escribiría esta entrada ni tú la leerías, pero el mundo sería, con toda seguridad, un lugar mejor.

22/3/09

Piano Piano

Te levantas y estás de vuelta, de vuelta de todo, de vuelta en cama, hace sol y sales a la calle, la gente te ve y no te mira, oyes una moto hacer ruido y no importa porque más tarde otra lo hará más fuerte, y vas a la playa y ves morir las olas, una tras otra, sin piedad, y coges el autobús y el conductor no te saluda, la señora no sonríe y el adolescente no tiene conciencia, y escuchas música y se te eriza la piel, y te pones las gafas para ver mejor y era mejor no haber visto nada, y pasas los días sentado esperando a que te esperen y copiando sinsentidos a mansalva, y coges un cigarro y pierdes un minuto de vida aunque ganas un minuto de paz, y buscas en el bolso y te encuentras a Saramago, Hola qué tal, y te dejas llevar un rato hasta que llegas a donde comenzaste y sabes que siempre es así, y escuchas una frase en francés y no entiendes nada, y miras por la ventana y todo está tan oscuro que la mínima luz te molesta y estás parado durante minutos que son años y los años pasan sin parar, y escuchas a los pájaros cantar tan temprano y buscas un rincón para escucharlos sin molestar, y sabes que no es hoy sino mañana y que mañana será el hoy para otros, y cuando crees que está todo solucionado el periódico te enseña todo lo engañado que estabas y respiras aire contaminado y usas papel de árboles difuntos, y escuchas a Handel, pero siempre acaba la música y cuando quieres despertar, nunca suena el despertador.


8/3/09

The Wrestler

La mejor película de la temporada, con mucha diferencia. Aronofsky y Rourke dan una lección maestra de como hacer cine que será recordada por años. Hollywood, como siempre, mira para otro lado.

"I deserve to be all alone, I just don't want you to hate me."